Los árboles del paraíso piensan en Eva.
Recuerdan sus pezones pequeños.
La barba de su pubis.
El olor de sus líquidos.
Sus pies pequeños sobre la tierra.
Aún sienten sus manos sobre sus frutos.
Aquellas siestas al amparo de sus sombras.
Su porfiada independencia
La forma en que gritaba de placer.
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