En la tierra vimos frutos de litre.
Los tomamos como ramos de alegría.
E inmunes a su fuerza.
Adornamos con ellos nuestro hogar
y lo bebimos con vodka al atardecer.
Pero los espíritus distantes:
se enronchan.
Pasan semanas tosiendo.
Expulsan siglos de serpientes.
Sufren heridas y pus.
En Campo Lindo, corte usted algunos frutos
Compártalos con su nuevo socio.
El marido ausente todos los martes.
Aquel empleado lisonjero
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