En su tumba, tres hombres
tienen nostalgia de luz.
Han abandonado sus bienes
y bajo siglos de horizontes
buscan el nombre de Dios.
La madre noche
les ha puesto un dogal al cuello
y nacen desde su útero al viento.
Cruzan por bordes del abismo.
Pasan entre guerras y diálogos.
Sobreviven al silencio.
Beben augurios del ser.
Les interroga el Maestro.
Venerables planetas los acogen.
El sol retorna en el este.
Hay agua y fuego en su marcha.
El compás está justo en el centro.
Nuestro libro está abierto.
Allí los recibe la palabra y el teorema.
Los enhebra el lazo.
Los nutre y les alza la luz.
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