Gneviève Patte en su taller con niños. |
Nuestros niños,
para espantar tristeza: duermen.
Crece el invierno y duermen.
Sus ojos permanecen cansados.
Respirar les cuesta.
Antes de llorar, duermen.
Por la tarde aquella hora feliz.
Mediadores cargados de libros.
Y aquellos niños despiertan
Viajan en grandes relatos.
Alegría ilumina sus rostros.
Regresa la voz a sus cuerpos.
Niños, como tardamos en reunirnos..
¿ Tan difícil es juntarnos?
Nuestro arte guardado en estantes y museos.
Estéril en teléfonos.
Indispensable lo humano en el encuentro.
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