Mano de Artista, Robert Filliou, 1967 |
La niña respira y yo vivo con ella.
Dibuja y eleva templos de dulzura.
Se enfada y hay tempestad en mi mente.
Canta y el árbol de mi alegría resplandece.
La niña crece y yo recojo sus miradas.
Come damascos y paladeo lo dulce
Camina la ciudad y la miro desde los muros.
Despierta y me llama "papá"
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