Cristina Inés Gill |
Mañana es demasiado tarde
Sólo hoy nos pertenece
Y gritan de alegría mis ojos
Mientras ávida nos busca la muerte.
Sólo hoy existen tus labios
Y puede bendecirme tu alegría
El mar que viaja en tu mirada.
El peso ligero de tu cuerpo.
Sólo hoy nos queda.
Nada de mañana es certeza.
Alza el destino sus armas.
Caronte lleva su barca repleta.
Esl poema está asociado a este testimonio de Cristina Inés Gill, publicado por La Vanguardia.
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