Soñar y despertar
Primero fue el sueño. Sentí que un rayo punzaba mi índice derecho
al mismo tiempo que un río me arrastraba entre sus aguas rápidas, tibias, espumosas y cubiertas por hojas.
Luego, soñé con volar y con música. Aves comiendo mis
entrañas. Julieta despertando. El costurero de mi
abuelita. Mi hija cantando. De pie sobre los hombros de mi padre. Comiendo uvas y pan con mermelada de damasco. Jugando con dados al interior de mi madre.
Mas tarde, soñé con mi ciudad. Jugué con mis hermanos en plaza Victoria y me recosté
junto a la estatua del invierno para
volver a dormir al interior de mi sueño.
Fue entonces que desperté. Mis ojos volvieron a funcionar y se deleitaron con una bóveda de estrellas.
Mi pecho, percibió brisa y extendí mi cuerpo en un gran
bostezo. Al cerrar la boca, noté mi desnudez, mi cuerpo de niño y hambre
definitivamente hambre.
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