Los artistas cambian la realidad.
Para hacerlo, se cambian a sí mismos.
Así crecen giros del lenguaje.
Melodías empujan el aire.
Poemas iluminan el barrio.
Ennio insiste en caminar junto al mar.
Conversar con gatos y niños.
Agradar a las damas.
Recordar viejos juguetes.
Esperar la lluvia que nace en Recreo.
Los artistas cambian la realidad.
Para hacerlo, regalan sus obras.
Leen otras almas.
Ceden su voz a la tarde.
Bailan en días de pena.
Dan su luz a la memoria.
Ennio vuelve al vientre de la ciudad.
Lleva sobrios colores de seda.
Su largo boicot a Santiago.
Sus huesos de muerto reciente.
La calma en los trazos de Aldo Francia.
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