Nuestra tarde creció en Recreo.
Los niños avanzaron con sus nombres y risas.
Libros esperaban por ellos.
Minotauros y Quijotes.
Astronautas.
Palíndromos.
Esta Luna preñada de sol.
Entonces, las mujeres enseñaron.
Abrieron baúles y cuadernos.
Hablaron directo a cada oído.
Fueron voz de la tierra.
Venerable tradición de abuelas.
Y los padres entusiastas confiaron.
Cabalgaron rocinantes y volvos.
Encendieron luz de los libros.
Aire de papel y tinta.
Lectores viajando entre siglos.
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