Evado la muerte.
Por eso nunca he sido joven.
Sólo un un justo a medias.
Hombre asediado por el tiempo.
Muerdo mi lengua antes de callar.
Este texto conversa con Miguel Hernández en:
Llamo a la juventud
Sangre que no se desborda,
juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud,
ni relucen, ni florecen.
Cuerpos que nacen vencidos,
vencidos y grises mueren:
vienen con la edad de un siglo,
y son viejos cuando vienen.
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