Mitra nació desde una piedra.
Vestía gorro frigio y capa de estrellas.
Pronto los papas imitaron a sus sacerdotes
y su religión marcial
pausadamente se esfumó de los cuarteles.
Vienes ahora a romper mi piedra.
Y ella cede ante tu fuerza.
Muestra el sol de mi infancia.
Mil avatares de abrazos.
Algunas jornadas de pena.
Mitra nació desde una piedra.
Yo, desde la caricia de tus manos.
Desde el borde suave de tu sonrisa.
La raíz profunda de tu mirada verde.
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