Vienes del Butalmapu Aquella tierra de las nieves Reino verde y blanco de la araucaria. Amigable abundancia del piñón.
Creciste entre bosque y fogón. Vigilada por pumas y halcones. Siempre corriendo sobre trumao o respirando la sal entre cenizas chicharrones agua que entrega la vertiente bendita hermandad de mujeres
Llegas y aquí te entrego el laberinto. Camino simple a Jerusalem Hilo azul de Ariadna Tejidos de Pandora Estrecho sendero hacia Ciudad Esmeralda. Abrazo entre Ruth y Noemí.
Es muy simple. Porque siempre el secreto estuvo en ti. En tu memoria chicha de maqui Harina de piñones. Tortilla de rescoldo. Beso de la Luna a tu rostro. El Wüṉyelfe prometiéndonos la vida.
Y ahora, viajera incansable, estás aquí con tu sonrisa dando charquicán a mi alegría formando ronda de mujeres escribiendo con tu luz este poema,
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