Dedicado a Claudio e Ignacio, que con su trabajo propiciaron estas letras.
Cristián tocó la viola da gamba
Ricardo, su nueva guitarra de luz.
La música ocupó mi espíritu.
Era el río Tajo jugando a llamar.
Dormían aves en los árboles.
Una estrella buscaba avanzar
Cristián tocó la viola da gamba.
Ricardo, su nueva guitarra de luz.
Una tregua nació en mi espíritu.
Sentí las flores del río.
Había árboles abrazándose.
La paz alzaba su estandarte.
Mi noche volvió a comenzar
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