Giuseppe Mercalli murió en un incendio.
A Richter, en cambio, lo hundió el corazón.
El uno , en alturas del Vesubio,
imaginaba al otro encarnado en Disney World,
descendiendo sin prisa
entre grietas extensas,
cámara de Platón
justo al centro de la Tierra.
El sacerdote,
maestro de Moscati y Pío
XI
-Aquel de la Acción Católica
y Mussolini-
no oraba por el joven
demócrata
ni quebraba espadas por la igualdad
en ciudades rotarias y ateas.
Pero ambos amaban los volcanes.
Batman Señor de la Noche,
Vikingos en Sicilia.
Mahoma y Chopin mediterráneos.
Nuestro buen Dios de California.
La extraña ira de las piedras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario