Eternidades
Primero fue cielo y tierra.
De agua y raíz surgió la mujer.
Hay olas en su nombre
y océano infinito en su centro.
En ella regresamos y nacemos.
En ella nos bendice el sol.
Extiende su flecha la noche.
Recibe su copa el instinto.
Allí brotó nuestro espíritu.
Abuela y madre bordaron.
Tía de cuentos.
Serena maestra entre niños.
En ella, la Luna encarna.
Viaja paz en el río.
Poderosa tempestad.
Intuición en el pulso.
Maga guiando los hilos.
Violación
Corre animal tras su presa,
ebrio de ansias primarias,
alza puñales de fuego,
inmundo en su risa,
vasallo de la carne,
hipócrata iracundo,
humano definitivamente humano.
Ella busca salvarse.
Negrura de bosque,
fulgor de casas,
refugio entre árboles,
grieta sorpresiva,
anhelado oleaje de aguas.
La carrera es a pie descalzo,
batalla entre ramajes,
chivateos malignos,
profuso llanto,
espinas punzando las piernas,
continua presencia del barro.
De pronto,
largo salto de la bestia,
golpe en vientre y la boca
ropas rajadas a golpes,
mujer inconsciente,
derramada alegría en la hierba,
prohibido el futuro,
quebrada la luz de su calma.
Trabajo
Ella carga el hogar en su cuerpo.
Lleva paraíso en sus senos.
Enseña. Cocina. Calcula.
Siembra. Cosecha. Combate.
Alimenta fuego de siempre.
Pisa uvas.
Teje un libro de sueños.
Agrega esperanza a este viaje.
Serena: carga el tiempo en sus brazos.
Faena en fábricas y casas.
Arrastra cadenas de esclava.
Barcos hundidos en su cuerpo.
Menos sueldo por igual trabajo.
Menos sueldo y menos descanso.
Ella marcha y hay que incendiarla.
Excluirla del voto.
Encerrarla en celda del género.
Hacerla objeto en la industria.
Bombardearla en la guerra.
Negar su derecho al deseo.
Negar su historia y su alma.
Mujer lesbiana y mujer transexual.
Avanzan hermanas radiantes.
Colores profundos del cielo.
Bravas en su resiliencia.
Libertarias compañeras.
Maestras que aceptan su luz.
Avanza su ronda tan digna.
Perfume de su temple.
Belleza de su aurora.
Franca amplitud de su cielo.
Avanza en ellas la brisa.
Abraza el sueño al deseo.
Besa el cielo a la tierra.
Canta el sol en sus danzas.
Escribieron conmigo y me enseñaron el camino:
Marcela Navarrete, Ana María Guzmán, Lorena Misle, Johanna Iturra, Gustavo Gómez, Pamela Verdugo, Igal Vega-García, Myriam Parra Rafael Rojas, Eduardo Olivaes Cifuentes, Ariadna Peña Álvarez, Bella Clara Ventura, Elizabeth Godoy Monárdez, María Eugenia Díaz Ruiz., Fabián Murciano Gómez, Ema Bravo Ríos, Marianela Puebla, Nora Torres Ramos, Rita Emperatriz Díaz Torres, Karin Fick Quiñones, Viviana Véliz, Rodrigo Antonio Sanhueza, Dora Ernestina Miranda Peña, Carolyn Andrea Bernal Suazo, Marianela Pineda Sotomayor, Yolanda Allemandi, Isabel Godoy, María Angélica Barrientos, Marcela Marambio Kóck; Jorge Calderón Ramírez, Paulina Pereira Garrido; Muriel Lorca Puls, Pamela Alicia Canessa Quiroz, Bélgica Morales Lupayante, Pía Gómez, Marisol Elisa Utreras Guerra, Marisol Zúñiga Soto, Marcela Medina Mafi, Mariam del Toro, Francisco Núñez Lozano, Magnífica Rina, Carla Jofré Vidal, misteriosa Isabel, Paulina Ríos Ramírez, Carolina Reyes y Pamela Ocampo Azócar.
Para escribir este texto, pasé por el mundo requiriendo una frase, una palabra o un silencio para construir un poema con ocasión del día internacional de la mujer.
La fotografía de mujeres obreras proviene de este sitio.
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