Fresas Salvajes, de Bergman, autor de la primera frase del poema. |
Siempre vivimos nuestra infancia.
Viajamos en hombros de nuestros padres.
Disfrutamos platos de abuelas.
Regresamos hacia antiguas vacaciones.
Barrios de otros inviernos.
Bicicletas.
Allí nos regalaron alegría.
Nos marcó a fuego una muerte.
Hubo un castigo injusto.
Tuvimos belleza de sonrisas.
Mosca azul en el huerto.
Terremoto al atardecer
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