Jerusalén ha sido tomada.
Arden mezquitas y sinagogas.
La sangre es río que hiede.
Muere aquí la ternura.
Luz y palabra de Cristo.
Los niños caen como estrellas.
Son brasas que aún gritan.
Se incendia el sentido.
Grita el año y el siglo.
El respeto marcha sin cabeza.
Fátima vuelve a enviudar.
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