Anoche leí un poema de compromiso con la miseria.
Los abusados.
Amós.
Gente esquilmada por los poderosos.
Luego se presentó un hermano pidiendo un aporte a los pobres
y tres dólares salieron de mi primavera.
Menos que una cajetilla de cigarros.
El equivalente a una copa de vino o dos diarios del domingo.
Hoy fue peor, pues expulsé a una familia de su refugio.
Era mi trabajo, el interés superior de la aurora.
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