Veinte minutos desde la puerta de mi casa al trabajo
A mi izquierda la playa desnuda de gente,
buses, eterno poema del agua,
Ximena y Sandra esperando sus abrazos.
Pende primavera de estos árboles
y me sigue el sueño de hace pocas horas
tan real esa clase de yoga
los besos, sus ojos
un camino distinto a su casa.
Le pregunté si era real o era sólo aire
y me convencí que era cierto
hasta despertar temprano en su cama
y emprender el camino de la playa.
La fotografía proviene de www.murosquemiranalmar.org
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