En mis brazos
todas tus horas serán azules
quebraré el cielo para unirte a la lluvia
hará plácidos tus dolores de parto
y te sacaré de la muerte con mi mano de sueños.
En tu espíritu crecerá un árbol de vida
y yo estaré allí
abrazado a tu alta ternura
mientras recorro en trance tu memoria
bebo tu leche de niña
y escribo en tus cuadernos de aurora.
Este texto conversa con la poeta andaluza Josefa Parra en:
La hora azul
Ésta es la hora azul, la hora de los pájaros.
Una cruel desazón te ocupa de improviso;
pones música triste, te sirves una copa
y dejas que el recuerdo te venza y te maltrate.
Ésta es la hora azul y no tiene remedio.
No tiene corazón, no se conmueve,
no te suelta hasta que te ha desangrado.
Es la hora del duelo, de las lágrimas,
de la herida, del ángel, de las brasas,
del nombre repetido, del eclipse.
Reza para que pase y no te lleve
enredado y sumiso entre sus alas.
Ésta es la hora azul, la hora de los pájaros.
Una cruel desazón te ocupa de improviso;
pones música triste, te sirves una copa
y dejas que el recuerdo te venza y te maltrate.
Ésta es la hora azul y no tiene remedio.
No tiene corazón, no se conmueve,
no te suelta hasta que te ha desangrado.
Es la hora del duelo, de las lágrimas,
de la herida, del ángel, de las brasas,
del nombre repetido, del eclipse.
Reza para que pase y no te lleve
enredado y sumiso entre sus alas.
El "árbol de la vida" de Gustav Klimt fue tomado desde este sitio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario