Dedicado a Cathy y Luchín.
Nuestros niños.
Allí debe estar el acento.
Niños. Ajenos a la Bolsa y al Congreso.
¿Qué comen? ¿Qué estudian?
¿Quién los cuida?
¿Quién ha devorado su estrella?
¿Cómo rescatarlos de su bestia?
Habrá que adoptarlos.
Comprender sus gestos.
Cantar con ellos.
Dibujar su rostro.
Conseguirles al menos un techo.
Nuestros niños están en la calle.
Ahorcados en cárceles sufrientes.
La vida es digital y ellos aferrados a las piedras.
El microtráfico.
La oscura existencia del ratero.
No falta el que sugiere una bala en la cabeza.
A eso nos lleva las ceguera.
Terminemos con las flores
preferimos el invierno.
Niños: has sentido su presencia?
Los dejamos desnudos en el barro.
Los olvidamos.
Dejamos de ser comunidad.
Por eso merecemos el presente.
La fotografía proviene de este sitio.
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