Un meteorito cayó sobre Gabriela
El amplio cielo de Pascua.
nos la llevó.
Luego comencé una carrera en Valparaíso. Apenas podía mover mis piernas hacia nuevos y extraños estudios.
Un hombre azul me acompañó desde Barón. Me llevó al laberinto interior del Cardonal. Recorrimos su extenso Museo vacío y desapareció al salir, cuando caí en una playa inexistente, cuyos guardias me llenaban de preguntas y me impedían salir de esa realidad imposible.
Nunca llegué a mi destino.
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