En la televisión, las figuras de los 80 lucen todo su humano idealismo. No ocurre lo mismo en la prensa de hoy con Luis Eugenio Díaz y varios de sus colaboradores.
Es extraño. Haberse fogueado en elevadas pruebas de honor. Haber arriesgado la vida y ahora humillarse ante el dinero.
Como nos va quebrando el consumo, la pequeña ambición, el poder oscuro del deseo.
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