
Entonces, la señora tomó mi cuerpo,
habló de mis codos, mis muslos, mi glande,
habló como si fuera suyo mi cuerpo,
la piedra que sostiene mi muerte,
la tierra que hoy cubre esta carne.
Este texto conversa con Héctor Viel Temperley en:
Señor mira mi cuerpo.
Mira mi cuerpo, torre de la infancia,
mira mi cuerpo cueva a la que vuelvo
siempre
a sentarme solo
ante tu fuego
La obra de Steve Hanks proviene de http://galleryone.com
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