Atacar el arte
es atacar al artista,
agredir la mirada de la gente,
el diálogo que vibra entre las almas,
el rostro claro de la mañana,
la palabra que vuela entre las piedras.
Aquella rabia reclama un abrazo,
aquel desvarío requiere de un libro,
aquella sombra reclama la luz.
Hace unos días, una mano anónima atacó la Iguana de Kaludio Vidal y "Los Meneses", de Gonzalo Cienfuegos.
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