Mi bestia está herida
muerta
pudriéndose
olvidada en la tierra desnuda
seccionada en miles de fragmentos
luz castigada por la sombra
contracíclica
mía y de los bosques
oceánica
habitual en marchas y revueltas
insolente bajo los suelos
soñando su laberinto
germinando como flor entre las piedras
inyectada en la aurora
definitivamente viva.
Este texto conversa con Alejandro Pizarnik en:
La única herida
¿Qué bestia caída de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?
He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra.
Laberinto, de Salvador Dalí, proviene de
www.hijosdeltiempo.wordprees.com
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