Conocí a Joseph Cornell,
viví en sus pequeñas cajas,
tomé plumas de sus aves,
abrí ventanas interiores,
pensé en una hora imposible,
accedí a ciertos cielos privados,
vi el mapa hacia un sol perdido,
fui rosa naciendo del velero,
tetera botando triángulos de nieve,
mujeres convertidas en cometas,
pequeños trenes llegando a otro sueño,
maletas dejadas por la muerte.
Las imágenes del encabezado junto a una aproximación a la obra de Joseph Cornell puede encontrarse
aquí.
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