Nada recibo de ti
ni la mudez punzante de tus ojos
ni la pequeña insurrección de la tarde
ni tu sombra orinando sobre piedras
Sólo me queda este silencio
tu alma copiada en mis poemas
tu nombre en cada letra de mi cuerpo
Este texto conversa con la poeta porteña Karen Toro en:
Qué le puedo dar yo
Qué le puedo dar yo
después de quedar muda
al mediodía,
con el silencio hasta en la sangre
con usted
que se puso a vivir
en las letras de mi nombre.
La fotografía es de Verónica Quensel y proviene de
"Con Rimel Producciones"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
si discrepas conmigo, me enriqueces.