
Olvidé mi obra en el barro
un tarro de café lleno de espíritu
pequeños hijos rechazados
derramados entre la lluvia y el cielo
apenas vestidos con sus nombres
llorando a la sombra de la higuera
templando sus puñales en el fuego.
El grabado de Alberto Durero, "El árbol de la muerte", proviene de este sitio.
Si hablamos del trasfondo...me temo que es al revés; es el hombre el que ya lo desechó...
ResponderBorrarMi humilde opinión, por supuesto.
Que tengas buen día, Gonzalo.
Abrazos.