Todos morimos sin nombre
nuestro cráneo es ajeno a la palabra
su único verbo es la serpiente
bosque creciendo en nuestra casa
poemas golpeados como clavos
hierba saliendo de la tumba
agua corriendo en todas partes
Este texto conversa con Gottfried Benn en:
CICLO
La solitaria muela de una prostituta
que había muerto anónima,
llevaba un puente de oro.
Las restantes se habían largado
como en tácito convenio.
Aquella se la sacó el sepulturero,
la llevó al monte de piedad
y se fue a bailar.
Pues, decía,
sólo la tierra debe volver a la tierra.
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