Soy Ministro de Estado y me he vuelto un goliardo,
camino oscuro entre claridades,
anónimo y consciente en el Gabinete,
armado con mil astucias,
doce palabras distintas
para envolver la aurora,
un cuaderno rojo en que guardo secretos de otros,
siete cláusulas precisas para cumplir mis deseos.
Por las tardes regreso a casa
y en los grandes espacios
encuentro gente conversando,
elevándose sobre el piso de piedras,
discutiendo sobre pintura y cine,
buscando panecillos en la cocina,
fiambre, queso, pepinillos, vino tinto.
Invariablemente llega gente simpática y desconocida
y esta casa de techos altos en Valparaíso
nos va quedando más cómoda y alegre,
aunque los huéspedes llegan sin tener llave
y el refrigerador se multiplique por efecto del misterio.
Este poema se basa en mis sueños de esta noche.
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1 comentario:
alguna ansia de poder politico recondidamente guardada por ahi? Inconsientemente anhelando los encuentros de antaño? extrañando Valparaìso y eso de ser un anfitrion entrañable?....
lo que son los sueños....
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