Los convidados han pedido la palabra
sus mates de plata
descansan humeantes sobre la mesa
sus ojos reflejan soberbia
avidez desprecio.
El Presidente
los deja hablar un minuto y luego los para
les recuerda sus negocios con militares
su costumbre de sobornar
herir el aire con sus dientes blancos
cerrar negocios en sus burdeles.
El color rojo
alza su vergüenza
los estancieros olvidan sus modales
y sus medallas de ganaderos
son pollos desnudos de plumas
pequeños enamorados del dinero
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