Temprano encendimos la chimenea.
Isidora fue la campeona de las pequeñas ramas
y quedó enamorada del color naranja
que nacía de los leños.
De pronto, el humo comenzó
a invadir la cabaña
y despertó a la tercera
y más linda habitante.
Ahora viene un desayuno de quesos,
leche y panes con linaza,
mientras la niña llama al viento
para elevar su cometa.
Ese cometa que enseña los pequeños, pero grandes momentos de la vida. Abrazos.
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