La música evocada en el libro

8 de agosto de 2010

controlando la ira




Aprendo a ceder,

formo un espíritu sin ira,

miro la rabia

como una enfermedad de otros,

una propiedad

de tigres y calibanes.


Aprendo y no aprendo,

porque crece

una laguna negra

en mi alma,

rumor de células

que gritan,

alfabeto de sombras,

centro del mundo inferior.


¿Qué sigue entonces?

ese barro va quedando en mi casa,

se alza como una telaraña en los balcones,

atrapa a los ángeles,

ahoga a los seres de luz.


Allí es cuando urge la tempestad,

el agua que barre con el moho,

libera ventanales,

limpia el rostro de mis duendes.


Una tempestad inteligente,

ataque feroz de neuronas,

sin víctimas ni dolores,

danza de un cuerpo en la selva,

rapto fulminante del orgasmo.


Ese barro es mi petróleo,

leña que incendio en mi hogar,

toro que muere en mis danzas,

juego de luz y de fuerza.



La imagen proviene de este sitio.

3 comentarios:

  1. Que precioso poema! Creo que es de los que mas me han gustado.
    Resulta una hermosa tempestad, una voragine que libera toda la fuerza creativa.

    Feliz domingo

    Bisous

    ResponderBorrar
  2. Vengo a abrazarte. Mudraa y amor, ante tanto dolor!

    Beso
    indianala.

    ResponderBorrar
  3. que importante idea se descuelga de tu verso
    aprender a ceder en un espíritu sin ira

    controlar esa emoción es clave para el entendimiento

    salutos
    y buenas vibras

    te sigo;)y te enlazo para no perder tu ruta

    ten una semana preciosa

    ResponderBorrar

si discrepas conmigo, me enriqueces.