
Entre epitafios y silabarios
busco las maderas
para hacer un nuevo diván
distinto al de Johanna Haun
que ahora vuela
sobre Recreo.
Quiero uno de lingue y radal,
de canelo y ciprés,
de roble y avellano,
de raulí y laurel.
Un diván para conectarme
con los bosques
para dormir en sus sombras
y aromas,
cubierto de ramas,
elevado en las montañas,
espíritu de las cordilleras.
Para mi nuevo diván
deseo una frazada
hecha por grandes abuelas,
un manto de energía roja,
un paraíso de siestas
y sueños.
Un mueble hecho de un poema,
un sitio en que cabe Isidora
y las Sofías,
mi madre y mis abuelas,
mis ángeles y mis fantasmas.
Aquí les dejo ese espacio,
está sobre la vara de un coligüe,
pendiendo de hilos azules,
meciéndose sobre vientos calmados,
tibio y pacífico,
humano y transparente.
En la imagen, "Fruto del Algarrobo", de Patricio Novoa en www.chilebosque.cl
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