
Isidora tenía frío
y hubo que prestarle
todo el calor de sus padres
abrigarla en medio del viento
que golpeaba ventanas
haciendo temer por los barcos
y los hombres
que duermen en las plazas
Nuestra águila
se cobijó en un árbol frondoso
esperando los primeros ángeles
el árbol azul
extendió sus brazos
con mayor brío
nuestra hada
extendió sus oraciones
a todos los huérfanos del mundo
¡Que días tan oscuros!
que lucha en los cielos
tendremos que abrir
la puerta del invierno
encender una chimenea ideal
llamar a Gaby
soltar los toros
que viven en el laberinto
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