La música evocada en el libro
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28 de junio de 2010
Abrazado a Isidora
Paso horas abrazado a mi hija,
durmiendo, regaloneando,
descansando,
jugando con ella
sobre la alfombra.
Me recuerda
los juegos con mi madre,
saltando al caballito
o llenándola de besos
o las siestas que dormía
con mi abuelita,
muy pegado a su akma.
Despierto
y ella amanece conmigo,
saltamos de un lado a otro,
vivimos cómplices
de un mismo sueño,
de unos mismos juegos
y relatos.
Ayer,
su madre le contó la historia
de los tres chanchitos
y ella se reía con cada soplido
y abría sus ojos
ya llenos de imágenes
y de palabras.
En la imagen, Isidora en los brazos de Camila Keilhod
Son tan lindos a esa edad!!!.. Uno quisiera que no crecieran nunca.. Pero llega la adolescencia y nos queda "soportarla" hasta, al menos, los 17...
ResponderBorrarUfff!!! no se si aguante!!!
Saludos!!!