Osvaldo aunque zurdo
tras cuarenta años de genio y lucha
era intocable
sus contramanos eran parte de la bandera
su humanidad era el tango
la academia
el viejo Café del barrio
Estuvo prohibido en las radios
lo dejaban temporadas en prisión
y su música seguía en las almas
como aquella rosa roja
que nacía en su ausencia
Una mañana de Villa Crespo
leyó tres mínimas líneas
sobre la mujer abandonada en el pavimento
fue como una frase de piano en su cabeza
pronto Azul estaba en las giras
amando el bandoleón
bailando con la furia devastadora
de una tempestad en pleno océano
Ella se sentía transportada a la magia
habitaba en el aire
recorría los países con el sexteto
embriagando con su luz a los poetas
demoliendo toda antigua belleza
mordiendo los pezones de la tierra
Su alma pertenecía a la
Yumbahasta que una noche en Guayaquil
notó que una mirada visitaba su cuerpo
por vez primera sintió algo
que no fuera repugnancia
frio o indiferencia
En el Café tocaban “
Sur”
y su rojo vestido brillante
era el centro de todos los tiempos
y de todos los mundos
Hablaron por varias noches seguidas
hasta que el joven de la camisa blanca
tomó su mano y su espíritu
ella sintió que siempre habían estado juntos
la electricidad se cortó en todo el país
y sólo hubo brillo en sus besos
besos como explosiones
besos como ciudades y canciones
como estrella que cae en el agua
Todo era un gran girasol
un camino de luz en el bosque
salvo un punto de silencio
para Azul era imposible hacer el amor
el deseo la regresaba al Capitán
la muerte
las constantes violaciones
Tercer Capítulo de la Telenovela. En el
clic está “La Yumba” de Osvaldo Pugliese, inspirador del Maestro Yumbero y luego
Sur, con música de Aníbal Troilo y letra de Homero Manzi.
En la image, un retrato del Maestro proviniente de
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