Ayer, en la Casa del Hipocampo,
sobre la playa de Cau Cau,
mediante el laico rito
un dulce rocío
hizo florecer nuestra unión.
Antes de la hora sexta,
todos descendimos
un abismo hacia el mar,
los árboles oscurecían el camino,
las aguas rugían en el centro.
Los testigos gobernaron
las olas con su mirada
y el blanco de las ropas
condujo al sol
sobre nuestros cuerpos,
nos elevó,
nos llenó de alegría
junto a Isidora.
En la boda habló Gibran,
Carolina leyó unas leyes
y un poema voló sobre nuestros cuerpos.
Luego vino el banquete
los besos,
la vida que triunfa
y sana.
La única invitada fue Isidora, los testigos fueron Esteban y Tatiana, la Oficial Civil fue M. Carolina.
Así es la vida que triunfa y sana querido, maravillosa!!!!
ResponderBorrarsaludos, me encanta este giro hermoso familiar y cómo te maravillas con ello cada día, en esa construcción que a veces cuesta tanto, pero que si uno no se atreve se hace imposible de lograr.
M.
que hermosa foto, si alguna ves fuera el turno de mi boda, me encantaría que fuera en un lugar así. Saludos!
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