Una ranita llegó a dormir conmigo.
Saltó de su estrella a mi mundo.
La alimento con yoghurt,
la lleno de abrazos,
me premia con sonrisas.
La dejo en el agua y nada varios metros,
luego pide más
y se rie
como si todo el planeta
estuviera contento.
La niña está llena de sol,
crece como una melodía,
como un árbol de sonrisas,
como un manantial de agua fresca.
Es mi niña, mi regalo,
mi pequeño lugar en el cielo.
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