Esta foto corresponde al ágape de aniversario de "Los Delfines", la lúdica comunidad iniciática que me tolera como integrante.
Este año me ha correspondido estar a cargo de la cocina. Para esa ocasión, una fría noche de invierno, preparé "Pesadilla de chocolate", en homenje a todas las dulces travesuras y las alegrías que nos brinda la fraternidad.
Este es un poema está inspirado en nuestros querdidos hermanos y en el fuego que nos une, alimentado por los principios de Fraternidad, Tolerancia, Laicismo, Libre Examen y Solidaridad Social.
Aquella descuidada majestad
“En las primeras horas, sólo veía olas;
las cadenas de montañas azules del mar,
sus glaciares y sus cascadas,
su elevación y su descuidada majestad”. (Marcel Proust).
Nubes sufis abrían sus ojos en lo alto
y el hipocampo dijo en sueños que mi naufragio
era nacimiento, maremoto, juego,
zumbido que retorna de una antigua Nación.
Esa palabra ondulante era mi casa,
el sol se reunía cada tarde con nosotros
y el rojo y los colores anaranjados
bebían café junto al aire, el aguacero bullicioso,
las ballenas tímidas y felices.
En el noveno mes o tal vez en otro,
relámpagos y muertes cayeron de la noche
golpeados por reglones infelices y terribles,
por escuadras, repúblicas y mazos.
Lejos y cerca, renacidos,
tal vez en aquel jardín,
Marcia, Esteban, Luis.
encontraron su propio mar...
aquella extensión azul donde no llovía agresión,
ni desprecio, ni fractura al amor.
Ahora en las buenas primaveras
cuando los colores se sublevan de belleza
y la libertad se enciende impertinente...
dos o tres delfines,
casi sin darse cuenta,
crean un día de justicia.